Como sabéis, además de las manualidades de fieltro, nos encanta hacer todo tipo de manualidades con tela para el hogar. De las más sencillas que hay y buena para iniciarse en lo de cortar telas y coser dobladillos es la de confeccionar un mantel, ya sean manteles para casa o manteles para hostelería en el caso de que tengáis un restaurante y os apetezca elaborar vosotros mismos la mantelería.
Si no sabéis por dónde empezar, estad atentos y atentas, ya que en este artículo os vamos a hablar de los 5 tipos de tela más usados para manteles por distintas razones atendiendo a sus características técnicas y a las estéticas. ¡Vamos a conocer estas telas!
Crepé
El tejido de crepé (del francés «crêper» , que significa «arrugar») es una tela que suele tener una superficie rugosa, algo granulada y un poco áspera, aunque depende de su estructura y puede estar elaborada como tejido telar o tejido de punto. En cuanto a su fibra, puede ser natural (crepé de seda, crepé de algodón…) o puede ser sintética (crepé de poliéster).
Las características del crepé, además de su apariencia granulada que no se arruga fácilmente, encontramos que es ligera y fácil de confeccionar. Además, es fácil de cuidar y de mantener, especialmente los crepés sintéticos, y de fácil lavado. Por si fuera poco, es una tela económica y muy resistente, lo cual lo hace ideal para distintas prendas de ropa, pero también para manteles.
En el caso del que se suele usar para manteles, se trata de un crepé liso y está compuesto por un 70% poliéster y un 30% algodón, resistente, fácil de lavar y con un precio asequible.
Lino
El lino es un tejido natural maravilloso, ideal para las prendas de verano, pero también para los manteles. Lo que le hace destacar sobre el resto de telas es su elegancia, que le da un aspecto distinguido a la mesa.
Los manteles de lino suelen ser 50% de lino y 50% poliéster, ya que éste último le aporta más suavidad y mucha más resistencia, lo cual es básico en mantelería de mucho uso.
Además, los manteles de este tejido resisten golpes, arañazos, altas temperaturas y, por si fuera poco, tienen una buena capacidad de absorción. En cuanto a su cuidado, el mantenimiento es sencillo, se puede lavar con un programa de prendas delicadas, secarlos al aire y plancharos del revés.
Satén
Lo que más llama la atención de la tela satén es su apariencia ligeramente brillante que da un aire elegante a la mesa, por eso se suele ver mucho en restaurantes con un cierto caché y un ambiente clásico, pero también para casas con ambiente atemporal pero cuidado.
Lo mejor de un mantel de satén, que suele ser 50% algodón, 50% poliéster, es que es agradable al tacto, con gran durabilidad y fácil de lavar y de planchar, lo que le hace una excelente opción para mantelería de hostelería.
Jacquard
Lo más notable de la tela jacquard es su alta calidad y su gran resistencia a la abrasión, aunque es lisa, suave y agradable al tacto. Todas estas características, junto con su alta durabilidad y su que no se arruga, la hacen idónea para manteles, tanto para casa, como para hostelería.
Normalmente, el tejido jacquard para manteles está compuesto por 30% algodón y 70% poliéster, además, suelen ser estampados llamativos y complejos que no se imprimen o bordan a posteriori, sino que forman parte del tejido.
Organza
Dejamos la organza para el final porque es un tipo de tela semitransparente que se suele usar como tapete o como sobrecubierta, más que como mantel en sí mismo, ya que se puede entrever la madera de la mesa o lo que haya debajo.
Es un tipo de lino escarpado, normalmente fabricado en poliéster, que resulta elegante y es el complemento perfecto para una mesa para celebrar algún evento, tipo boda. Se puede lavar a máquina escogiendo un ciclo delicado.
Esperamos haberos ayudado a que sepáis cuáles son las telas para manteles más usadas y que podáis escoger la que mejor se adapte a vuestras necesidades y al estilismo de vuestro hogar o de vuestro restaurante.